miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pasó la fiebre por el dólar


Por primera vez en el transcurso de 2009, la plaza cambiaria argentina operó con el mismo clima con que, desde hace seis meses, lo hace el resto de los mercados emergentes: con los ahorristas e inversores apostando a que su moneda local le ganará, o por lo menos empatará, en el corto y mediano plazo al mundialmente debilitado dólar.

La modificación en la tendencia, perceptible desde hace semanas para los analistas y operadores (pero acelerado en las últimas dos jornadas de negocios), quedó a la vista del público finalmente ayer, por la baja de un centavo que mostró el precio de venta minorista del dólar en las pizarras de bancos y casas de cambio céntricas, donde abrió a $ 3,86 y terminó ofreciéndose a $ 3,85 por unidad.

Se trató de la primera baja "genuina" en un año y debe tenerse en cuenta que no fue mayor porque el Banco Central (BCRA) la atenuó alzándose con US$ 180 millones de los US$ 623 millones operados en el mercado para evitar "volatilidades" en el tipo de cambio, volver a acumular reservas y cuidar la competitividad de la moneda, como se cansa de explicar el jefe de esa entidad, Martín Redrado.

En el nivel mayorista, la inercia vendedora va de la mano del interés que inversores locales y fondos internacionales muestran por retomar posiciones en activos financieros locales emitidos en pesos, como mostró en las últimas 48 horas el impresionante rally de los bonos en pesos, con papeles como el Discount y el Bogar 2018, que acumularon en ese lapso mejoras del 17% promedio (ver Pág. 5).

De hecho, la ola vendedora en la víspera fue tal que el volumen negociado en la plaza cambiaria terminó siendo el mayor del año. "Los valores más altos se registraron apenas se inició la sesión, cuando el dólar se ofrecía a $ 3,84 por unidad, ya cotizando por debajo del final previo, aunque se trató de un precio teórico, ya que no había compradores. Por eso, el derrape de los precios se aceleró con el correr de los minutos y el precio tocó un mínimo de $ 3,8260 al promediar el transcurso de la rueda", confió a LA NACION un operador mayorista.

De allí en más, el precio del billete para este tipo de operaciones mostró una leve recuperación que hizo que al final del día los valores en ese segmento de negocios se acomodaran en los $ 3,83/3,831 por unidad, 1,1 centavos por debajo del cierre previo para la compra y la venta, respectivamente. Para entonces, ya todas las pantallas al público se habían reacomodado a $ 3,81 para la compra y $ 3,85 para la venta.

"La fiebre local por el dólar pasó. A nosotros, que hace un año por ventanilla vendíamos unos 20 millones por día, el balance de compras y ventas de dólares al público nos da cero en lo que va de septiembre. ¡No nos pasaba desde la mitad de 2007!", explicaron ayer en un banco privado líder, acudiendo a las cifras para mostrar el cambio de clima.

Cambio de expectativas
Los especialistas explican el cambio de tendencia en el debilitamiento mostrado en las últimas semanas en las expectativas sobre una aceleración en el ritmo de devaluación del peso.

Aunque coinciden en sostener que la moneda local seguirá perdiendo posiciones nominalmente frente al dólar (los negocios a futuro se hacen ahora con un dólar a $ 3,9420 para fin de año en el nivel local, en el Rofex, y a $ 4,03 en Nueva York), el más pausado y previsible ritmo que tendría de aquí en más la tasa de devaluación provocó que ahorristas e inversores dejaran de lado el miedo y pasaran a buscar alternativas de mayor rendimiento.

"El billete verde dejó de tener el atractivo que tenía hace dos meses. La depreciación adicional requerida de aquí a fin de año va del 1 al 3 por ciento en un contexto en que la demanda por importaciones está restringida [a través de controles], los demandantes financieros ya están comprados y el nivel de reservas que conserva el Banco Central es elevado. Como consecuencia, la estabilidad del precio local del dólar en el cortísimo plazo pareciera prácticamente asegurada, y una corrección lenta y progresiva en el mediano plazo es lo más probable", sostuvo el economista Gabriel Caamaño Gómez, de la consultora Joaquín Ledesma y Asociados, al explicar la lógica de las apuestas del mercado.

La calma en torno del dólar también se refleja en el menor precio para girar divisas al exterior, operaciones que tienen hoy un cargo menor al 1%, cuando hasta hace pocos meses superaban el 5%, "lo que hace que el sobrecosto por acceder al mercado informal haya desaparecido por falta de demanda", detalló en su último informe la consultora EconViews.



Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1175202&pid=7327912&toi=6480

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